Elefantes en la sala, o cuando los datos te dicen cosas que no quieres ver

En mi último artículo hablaba sobre el concepto de las organizaciones frágiles y la necesidad de reformular el concepto de metodologías ágiles pre-pandémicas. Tras unos días de reflexión, como es habitual en mi tras realizar una publicación, he podido ir vaciando el ruido de mi cabeza e ir destilando aún más cuales pueden ser los problemas que presentan las organizaciones de hoy en día, pero desde un punto de vista más interno, con una mirada desde dentro hacia afuera.

Solemos mirar los problemas desde la periferia de la organización, lo cual nos puede dar una visión táctica incompleta, ya que muchos de los problemas yacen en las profundidades del core organizativo. Es por eso, que hoy me gustaría hacer un ejercicio a la inversa, analizando los elefantes en la sala (problemas de gran calado que no se quieren abordar), desconocidos en ocasiones por los miembros de la organización, desde el prisma de uno de los temas que más está llamando mi atención últimamente: los datos.

En el principio todo eran datos...

Llevo tiempo obsesionado con la idea de aprender más y todo cuanto me llega sobre el mundo de los datos y su interpretación. Siento un insaciable deseo de devorar conocimiento en esta materia, no sólo por la relevancia que tiene en nuestro día a día en el mundo digital, sino por una curiosidad innata en poder conocer y entender qué se puede hacer con los datos y como mejorar mi vida con ellos.

Recuerdo aquella magnifica afirmación del economista británico y premio Nobel, Ronald Coase, el cual dijo que “si torturas los suficiente a los datos, ellos confesarán lo que sea”. Estamos rodeados de datos, y estamos acostumbrados a visualizarlos e interpretarlos desde una postura subjetiva y muy probablemente sesgada, puede que incluso, en ocasiones, de forma errónea.

Torturar los datos es la metáfora perfecta de que hacemos con los datos lo que convenga con tal de reafirmar nuestras hipótesis, y es aquí donde empieza a germinar la semilla de lo erróneo. ¿Pero qué ocurre si esto lo trasladamos al ámbito empresarial? El resultado es claro y conciso: mala toma de decisiones.

Torturar los datos es la metáfora perfecta de que hacemos con los datos lo que convenga con tal de reafirmar nuestras hipótesis

 

La sociedad del data-driven y los elefantes en la sala

Una mala toma de decisiones, puede acarrear serios problemas para cualquier organización. Es en este punto donde entramos en el fascinante mundo del data-driven, un concepto empresarial que define que todas las decisiones deben ser tomadas en base a evidencias concretas (datos), eliminando todo sesgo u opinión personal, lo cual lleva a las organizaciones a tomar decisiones más informadas y eficientes, que permiten no solo mejorar el rendimiento al medir los resultados, sino tambien identificar oportunidades de mercado donde apostar, a partir de evidencias, no de sesgos.

Podríamos decir que las evidencias son el respaldo de la toma de decisiones en el mundo corporativo, pero detrás de todo ello, se esconde un elefante al final de la sala, y es que nuevamente, los sesgos juegan un papel importante incluso cuando se obtienen evidencias claras de qué decisiones tomar. En ocasiones, estas decisiones pueden ser de carácter radical o muy transgresoras, o pueden ser decisiones para las cuales las organizaciones no están preparadas y toca mirar a otro lado para evitar evidenciar la existencia de ese elefante gigante.

Pero entonces, ¿como pueden las empresas potenciar las evidencias y anteponerse a la presencia de elefantes en la sala? De forma sencilla, podríamos mencionar que la clave del éxito se basa en el equilibrio entre mantener los sesgos a raya, no oponer resistencia al cambio (lo inevitable es inevitable) y preparase a conciencia y de forma estructural para implementar los cambios y tomar las decisiones necesarias.

Eliminando el sesgo que invoca al elefante

En producto digital, igual que en la vida misma, requerimos de tantos datos que resulta crucial identificar cuales son importantes, y para qué son importantes. Es interesante entender qué queremos responder con el análisis de datos. Para ello, debemos tener en cuenta el papel que juega el sesgo y como minimizar el impacto que este tiene en nuestras decisiones. Para ello, se pueden emplear técnicas de reducción de sesgo, tales como:

  • Realizar A/B testing: esta técnica consiste en someter a variaciones del producto a un sector de nuestros clientes, de forma que nos puedan dar feedback sobre si estas variaciones aportan un mayor valor que lo que ofrecemos de saque. Con esta práctica, en cierto modo, estamos anteponiendo a nuestro sesgo el feedback del propio usuario. Nos estamos basando en evidencias, pero el trabajo no termina ahí. Queda la parte más importante, que es entender qué nos están diciendo nuestros clientes a partir de ese feedback. Sin embargo, el hecho de tomar como referencia las evidencias proporcionadas por los usuarios, en vez de la propia intuición de uno mismo, ya supone una mejora y una reducción del riesgo en la toma de decisiones a posteriori del testing.

  • Implementar la técnica de la regla de los 5 porqués: existe una teoría que menciona que ante una afirmación difusa y sesgada, se puede llegar a descifrar la verdadera intención del mensaje tras preguntar cinco veces porqué, al profundizar en el problema inicial para descubrir las causas subyacentes. Esta técnica de análisis permite desarmar suposiciones iniciales a partir de la cultura del cuestionamiento y sacar a relucir evidencias que ahuyenten la presencia de elefantes.

Conclusiones

Toca recapitular sobre lo hablado en este artículo. Uno de los principales problemas de las organizaciones de hoy radica en que, como hemos mencionado al inicio, a parte de poder emplear procesos internos de la era pre-pandémica, hacen interpretaciones sesgadas de datos que anteceden a la aparición de problemas de gran calado, por no seguir una mentalidad basada en la cultura del dato (data-driven). Resulta importante reducir el sesgo en la cultura empresarial para tener más éxito en la toma de decisiones críticas que afectan a la operativa del día a día de cualquier empresa, y evitar así que emerjan elefantes que complican la existencia en la cultura de la organización.

Recordemos que al final, los datos hablan sobre lo que nos interesa si se hace un análisis influenciado por la intuición. Esto es especialmente relevante, por lo que debemos fomentar la cultura del data-driven que potencie evidencias y no opiniones subjetivas.

Anterior
Anterior

De esos datos a aquellos insights: como Zettelkasten puede revolucionar el research digital

Siguiente
Siguiente

Organizaciones (fr)ágiles