Organizaciones (fr)ágiles

Hace unos días asistía a un webinar impartido por Alfons Cornella en la que presentaban su proyecto EDGERS, un verdadero cambio de paradigma en el mundo de la gestión y liderazgo empresarial. El proyecto EDGERS plantea que un gran número de empresas están en riesgo de desaparecer, debido a que tras el efecto de la pandemia, no se han sabido amoldar a las necesidades del momento, ni utilizar las herramientas necesarias para definir una hoja de ruta. Estas herramientas son descifrar el futuro para poder saber que sendero recorrer.

Recuerdo que mi padre mencionaba en el pasado una especie de proverbio oriental que decía algo así como, “si sabes donde quieres llegar, empieza a ver que pasos debes dar”. Puede que mi padre ya tuviera mentalidad EDGER sin saberlo en cierto modo, y es que al final, puede que el proyecto EDGERS nos esté dando pistas de algo que en el pasado se mencionaba o verbalizaba de otro modo.

He tenido tiempo para reflexionar un poco sobre todo esto tras escribir mi último artículo, y he llegado a la conclusión de que definitivamente la mayor parte de expertos en la materia aciertan con que todo está cambiando tras la pandemia, pero a un ritmo nunca antes visto. Al efecto de la propia pandemia se ha añadido la irrupción de la IA, y como desgranaremos ahora, las organizaciones están viviendo en un torbellino constante de cambios y redefinición de sus propios procesos e identidad. En definitiva, se terminó lo que se daba, y lo que antes funcionaba, ya no.


Si sabes donde quieres llegar, empieza a ver que pasos debes dar


El módulo de Young

He olvidado muchas cosas de mi paso por la carrera de ingeniería naval, pero algunas yacen arraigadas de forma perpetua en lo más profundo de mi mente, y cuando pienso en ellas, encuentro similitudes o asociaciones con respecto a cosas que vemos y vivimos en nuestro día a día. Una de ellas es el denominado módulo de Young

A modo de definición, se puede decir que el módulo de Young o módulo de elasticidad, es una medida que calcula la rigidez de un material en base a dos factores: la fuerza aplicada y la deformación unitaria. 

En resumidas cuentas, existe una propiedad de los materiales que es la rigidez. Esta rigidez puede verse modificada al aplicar una fuerza determinada sobre el material. El grado de deformación del material será tal que este recuperará su forma cuando deje de aplicarse la fuerza sobre él, siempre y cuando no se sobrepase el límite elástico del material, en cuyo caso, el material quedará deformado permanentemente.

Por algún motivo, en mi época de estudiante, visualicé que esta fórmula me serviría para mucho en esta vida, y hoy me viene como anillo al dedo para explicar algo sobre lo que llevo tiempo pensando. Es un concepto que traspasa la capa de la ciencia y sirve como metáfora para describir la compleja realidad del mundo empresarial.

Rigidez en el mundo empresarial

Me atrevo a decir, no solo por lo que oigo, leo y percibo, también por lo que veo y me comparten, que hemos traspasado la linea de no retorno en cuanto a lo que se refiere al paradigma del cambio, en lo referente a algo tan sustancial como la organización interna de las empresas, desde que llegó la pandemia a nuestras vidas. 

En cierto modo, hasta la pandemia, se venía trabajando siguiendo estándares o metodologías de trabajo tales como el Agile, el Lean management, etc. Lo más curioso es que tras la pandemia, nos hemos aferrado a seguir empleando los mismos métodos, por que es lo único que conocemos, y no hemos decidido explorar nuevas formas de trabajo. No ha habido “chance” ni recursos para investigar sobre ello. Las prioridades son, ahora más que nunca, sobrevivir y seguir creciendo o mantenernos sea como sea. 

Si nos fijamos en las palabras de Alfons Cornella, una gran parte de las empresas está expuesta a desaparecer, y en mi humilde opinión, se debe en parte a la rigidez interna en cuanto a procesos, metodologías, y algo más importante: mentalidad.

Volviendo al mencionado módulo de Young, se podría decir que el grado de rigidez de ciertas organizaciones es tan elevado, que en el momento en que una economía cambiante a modo de fuerza exterior actúa sobre dichas organizaciones, estas se ven alteradas de forma drástica, hasta el punto de rotura o sobre estrés. La pregunta es: cuanta carga pueden soportar estas organizaciones y qué debe cambiarse para poder paliar llegar al punto de rotura. Es en este momento donde me sale hablar de un concepto denominado “Organizaciones y metodologías líquidas



Organizaciones y metodologías liquidas

Los líquidos y las leyes de la física que rigen su comportamiento son fascinantes. En mecánica de fluidos se estudia el comportamiento de estos cuando son sometidos a fuerzas externas. Lo más interesante de todo es que al final, los líquidos tiene una elasticidad abrumadora ante fuerzas externas. Nadie dice “he roto el líquido”, básicamente por que no se puede romper algo que fluye, discurre y se abre paso. Esto mismo aplicado al concepto de las Organizaciones y metodologías, nos lleva a definir primeramente qué son las organizaciones y metodologías líquidasL:

  • Organizaciones líquidas: las Organizaciones líquidas son aquellas caracterizadas por tener un alto grado de adaptabilidad a los cambios y los procesos, en base a las respuestas de un mercado muy VUCA. En sí, son organizaciones que apuestan por la innovación continua y que poseen un alto grado de resiliencia, al poder recuperarse rápidamente de las adversidades.

  • Metodologías líquidas: me atrevería a definir las metodologías líquidas como aquellas capaces de adaptar los procesos y los métodos de trabajo a las necesidades no solo de la empresa, sino también de los trabajadores, para potenciar el talento y aumentar la productividad de equipos de alto rendimiento.

Pero un momento. Ya se ha hablado de todo esto en el pasado, verdad? En cierto modo ya se definió el marco de las Organizaciones y las metodologías líquidas. Llevamos años usándolas sin saberlo cuando mencionamos Scrum, Kanban, Design Thinking y demás, pero creo en mi humilde opinión que toca redefinir esto. 

Creo firmemente que todo este conjunto de metodologías, previas a la pandemia, han tenido su papel fundamental en la forma y la manera en que empresas y profesionales las han implementado para potenciar el rendimiento, pero diría que a día de hoy son mas bien semi-líquidas o rígidas por definición.

Implementación Práctica en Foxize

En Foxize llevamos un tiempo re-definiendo nuestra manera de trabajar a muchos niveles, desde las capas más de organización y gestión, hasta las capas más de desarrollo y negocio. Concretamente, en desarrollo, veníamos implementando una especie de Agile edulcorado, combinado con un sistema Waterfall por las necesidades del producto, hasta que un día decidimos implementar cambios, tras una sesión de retrospectiva. Dichos cambios consistieron en:

  • Incorporar la figura del “bugbuster”, un rol rotativo entre los diferentes integrantes del equipo, que libera a los demás miembros de distracciones e interrupciones, al encargarse este de atender las peticiones que van surgiendo, generalmente errores o incidencias, durante el transcurso de un sprint, que en nuestro caso dura aproximadamente una semana. No hemos re-inventado la rueda, sencillamente, si la rueda ya giraba bien, le hemos puesto tacos para sortear senderos más irregulares.

  • Tratar de reducir al máximo las reuniones innecesarias. Un claro ejemplo son las retrospectivas. Las hemos reducido a una cada mes para poder centrarnos en lo que realmente es importante. También hemos aprendido a debatir en esta ceremonia sobre lo que realmente importa, y no convertir una retrospectiva en una mera hora de debate insustancial.

  • Sesiones de MOB QA para un testing fino sobre nuevas funcionalidades. Estas sesiones de testing convocan a los stackehoders interesados en la funcionalidad desarrollada para detectar anomalías. Además permite detectar si se ha definido correctamente el caso de uso de la funcionalidad y si ésta cumple con los requerimientos establecidos en su fase de concepción.

  • Empoderar las ideas rebeldes. Creemos en el talento del equipo, y si alguien piensa que algo puede mejorar considerablemente los procesos internos o la metodología de trabajo, vamos a por ello.



No hemos re-inventado la rueda, sencillamente, si la rueda ya giraba bien, le hemos puesto tacos para sortear senderos más irregulares.



En definitiva, nos estamos adaptando, tal y como lo hacen los líquidos, a las fuerzas externas que nos influyen. Puede que no estemos inventando nada nuevo, pero creemos en lo que hacemos, dejando de lado los mantras de las metodologías más tradicionales, para apostar por un proceso que se adapte mejor a nuestra misión y visión como organización, combinando lo mejor de lo ya conocido, y añadiendo una pizca de mejoras.



Be water, my friend

En definitiva, hablar de adaptabilidad y resiliencia en el mundo empresarial puede haber pasado a un segundo plano tras la irrupción de la IA, pero ello no quita que el problema siga estando allí, donde lo dejamos aparcado. Son dos conceptos claves para la supervivencia de las organizaciones líquidas, al igual que desarrollar ese punto de rebeldía a nivel de equipo de trabajo y organización, que permita innovar en entornos inciertos y seguir manteniendo el pulso en un mercado tan convulso.

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